El agua utilizada para el consumo humano debe reunir una serie de condiciones para asegurar su potabilidad.
Normalmente el organismo proveedor garantiza la calidad del agua que suministra, pero está fehacientemente comprobado que es en la red interna o domiciliaria donde se produce la mayoría de las contaminaciones bacterianas, resultando las mismas responsabilidad exclusiva del usuario; estas contaminaciones traen aparejadas las llamadas enfermedades de origen hídrico como la fiebre tifoidea, disenterías, amebiasis y enteritis en general.
Se debe prestar atención a las posibles fisuras o roturas de las cañerías de distribución (principalmente aquellas bajo tierra) que también constituyen una posible vía de ingreso de contaminantes, a las instalaciones de bombeo con perforación propia y al nivel de cloración del agua que contribuye a la inocuidad microbiana.
- Operaciones previas:
Antes de proceder a la limpieza y desinfección de cualquier sistema de abastecimiento de agua potable, es conveniente previamente realizar las siguientes actividades:
- Inspeccionar las cisternas y los tanques observando que no presenten fisuras de ninguna naturaleza, en caso de detectar su presencia, proceder a su reparación mediante lechada de cemento (1 parte de cemento y 1 parte de agua) o mezcla de concreto (1 parte de cemento y 3 de arena fina) para fisuras de mayor importancia y de preferencia adicionar una dosis química de impermeabilizante.
- Inspeccionar las tapas, las cuales deben poseer cierre hermético para evitar la entrada de pájaros, ratas o insectos. De no ser así o presentar roturas importantes, reemplazarlas. Si se observaran daños menores, proceder a reparar las mismas, extendiendo sobre su superficie cualquier producto aislante de la humedad, (comúnmente conocido como “tapagoteras”)
- Limpieza de instalaciones
2.1 Limpieza de tanque de reserva
- Desagotar el tanque, previo cierre de la llave de paso de alimentación al mismo por medio de la válvula de desagüe y/o las canillas surtidoras.
- A continuación con un cepillo de paja dura (nuevo), limpiar las paredes, el fondo y la tapa utilizando agua corriente sin aditivos de limpieza (no agregar detergentes, jabones, polvos limpiadores, etc.).
- Luego eliminar el agua de lavado por la válvula de desagüe, bomba de achique o a balde, nunca por la cañería de distribución. El tanque debe permanecer tapado hasta el momento de la desinfección.
2.2 Limpieza de cisterna
- Si la cisterna contara con válvula de limpieza y de descarga a desagüe pluvial, drenar por ésta el contenido de la misma. En caso de no poseer válvula de limpieza, realizar el vaciado a través de la bomba de alimentación al tanque de reserva más cercano, teniendo la precaución de dejar abierta la llave de limpieza al mismo.
- A continuación con un cepillo de paja dura (nuevo), limpiar a fondo el techo, las paredes y el piso utilizando a tal efecto el agua ya existente, a la que no se debe agregar ningún aditivo para limpieza (detergente, lavandina, etc.).
- Vaciar la cisterna totalmente y enjuagar una o más veces, de acuerdo a los residuos acumulados, eliminando el agua de lavado a través de la válvula de limpieza. Si la cisterna no contara con este elemento la evacuación del líquido se debe efectuar a través de una bomba de achique o mediante recipientes.
- Si no se notara suciedad en exceso, o en caso de observarse restos de revoques o arenillas que no afectan el normal funcionamiento de la bomba de alimentación, utilizar ésta para la extracción del agua de limpieza y enjuague y evacuarla por la válvula de limpieza del tanque más próximo.
- Desinfección de las instalaciones
- Efectuada la reparación y limpieza de las cisternas, tanques, cañerías y artefactos, proceder al operativo de desinfección propiamente dicho, comenzando por las primeras y continuar con los tanques de reserva más cercanos.
- Llenar la cisterna o el tanque hasta la tercera parte de su capacidad, agregar en este momento 40 cm3 de lavandina concentrada por cada m3 de capacidad total del tanque o cisterna y completar el llenado total de los mismos (40 cm3 equivalen aproximadamente a un pocillo de café).
- Una vez efectuadas las operaciones mencionadas en todos los tanques y cisternas, abrir todas las canillas del edificio, comenzando por la más alejada. Luego de unos segundos, se deben cerrar las mismas en el orden en el que se abrieron.
- Dejar en reposo todo el sistema por un periodo de 3 horas como mínimo (no se debe abrir ninguna canilla ni se deben utilizar inodoros, bidets, etc.), Transcurrido ese tiempo, se deben abrir todos los grifos hasta desagotar totalmente los tanques.
- Poner en funcionamiento el equipo de bombeo de la cisterna y proceder a llenar y vaciar los tanques de reserva (enjuagues) tantas veces como sea necesario, hasta lograr en la canilla más alejada olor y gusto normal en el agua (ausencia de olor o gusto a lavandina). Controlar la concentración de cloro residual. El valor del cloro residual, según normas vigentes, es del orden de 0.1 a 0.3 ppm, verificando este valor, el agua es apta para beber.
- Recomendaciones
- En edificios que cuenten con instalaciones a cámara séptica, evitar la descarga del agua de lavado y enjuague a través de la misma, a fin de impedir la destrucción por exceso de cloro de las bacterias útiles existentes en dichas cámaras. Por lo expuesto, derivar dichas aguas a desagües pluviales o zanjas preparadas para tal efecto.
- Es aconsejable realizar el operativo de limpieza y desinfección una vez al año, preferentemente antes de la llegada del verano.
- Una vez realizada la limpieza y desinfección de las instalaciones, es conveniente realizar un análisis completo del agua.
Si desea saber más sobre nuestros servicios de limpieza de tanques y cisternas, haz clic aquí…!